Hace unos años se estrenó en españa el espectaculo Princesas Disney On Ice. A diferencia de anteriores shows sobre hielo basados en el mundo de Disney, éste espectáculo se centra en las princesas de la compañía, especialmente en aquellas más clásicas. Durante las dos horas de duración del evento tenemos ocasión de ver en acción a La Sirenita, La Bella Durmiente, Blancanieves, o Cenicienta, siendo ésta última la principal protagonista del guión.

Todo comienza cuando entran en escena Mickey y Minnie Mouse, los maestros de ceremonias habituales en éste tipo de galas. Juntos nos irán adentrando en multitud de historias conocidas por todos, pero que desde la pista de hielo se aprecian bajo un prisma totalmente nuevo. Comenzaremos viendo la clásica historia de Aladdin, con la aparición del Genio, el mono y la alfombra mágica. Será un inicio ideal para lo que vendrá posteriormente, puesto que en el escenario desplegarán unos medios realmente destacables. Asombrados nos quedaremos cuando entre en escena el elefante, de un tamaño descomunal. Además, la pareja formada por los actores que interpretan a Aladdin y Jasmine es de las más vistosas del espectáculo, mostrando una compenetración digna de campeones de patinaje artístico. Llegado cierto momento de la historia, el argumento quedará en el aire y los personajes de «Aladdin» darán paso a los de otra película made in Disney. Así consecutivamente hasta encontrarse todas las historias reunidas alrededor de la de Cenicienta, que será la que ocupe la segunda parte del espectáculo en su totalidad.

Quizá es ésta segunda mitad la más pesada de todas, en parte porque la historia de Cenicienta, si bien bella y emotiva, es ya demasiado conocida. Por suerte, el espectáculo no termina con el final de «Cenicienta«, sino que entran en escena todas las parejas vistas anteriormente y realizan un gran baile final para despedir al público.

Gregg Barnes, experimentado diseñador de Broadway, ha sido el responsable de dar vida al vestuario que veremos en pantalla. Gracias a su trabajo, el mundo de las Princesas Disney se traslada a la pista de hielo con acierto y fidelidad. Lógicamente, los vestidos se han reducido en su tamaño y densidad, puesto que de otra manera sería imposible patinar, pero se ha logrado mantener viva la esencia vista en las películas originales. Destaca también de manera notable el decorado, en el fondo un castillo con distintos diseños para cada historia, y multitud de elementos que los actores irán dejando en el escenario para acompañar el argumento. La cantidad de referencias a las películas será notable, por lo que los más exigentes con el tema de las adaptaciones quedarán encantados.

Para que la obra resulte todavía más cercana y creíble, y dado que los actores son extranjeros, su aparición en escena cuenta con diálogos procedentes de las películas originales. Salvo en algunos casos, todas las conversaciones están sacadas de las películas, siendo por lo tanto, los dobladores que estamos acostumbrados a escuchar. Además, dado que los patinadores ya deben tener una práctica descomunal con lo que suena (aunque sea en distintos idiomas) la sincronización entre conversaciones y gestos o acciones es total. Un aspecto que destaca todavía más en las canciones, muchas de ellas conocidos por todos los fans de la compañía.

Artículo donado por Vander Fujisaki